MIRA AL HORIZONTE

ESTE, ES UN BLOG DE SUEÑOS Y DE ALEGRIAS, DE CARRERAS, DE RUTAS Y DE ILUSIONES, TAMBIEN DE NOSTALGIAS, DE NUBES QUE AVANZAN RAUDAS JUNTO AL MAR, DE SOLES QUE CUBREN CIELOS ENCAPOTADOS, DE RISAS Y DE MISTERIOS, DE VIEJAS HISTORIAS DEL PASADO, DE ILUSIONES PERDIDAS Y DE OTRAS ENCONTRADAS, DE ENCRUCIJADAS JUNTO AL VIENTO EN LA FRONTERA MISMA DE LA VIDA...ESTE ES UN BLOG PARA EL QUE QUIERA CORRER, LEER, ESCUCHAR E IMAGINAR.

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lunes, 2 de febrero de 2015

PREPARACION PREVIA AL MARATON: ALTAVOCES EN EL CAMINO


Hola!

Justo al amanecer de un domingo, nada frío, del mes de septiembre de 2014...

Ajusto mis auriculares y miro al camino, mentiría si dijera que no sentía una leve punzada de miedo... no esta mal sentir algo de miedo de vez en cuando, mantiene los sentidos alerta, aunque también atenaza el sentido de los sueños...Hoy serán 20, ¡solo 20!...pero más adelante serán mas, muchos mas, tal vez demasiados, o tal vez no...

Inspiro y recojo un poco de aire, es el aire denso de la ciudad, que justo al amanecer resulta mas fresco, como si el mar lo hubiera limpiado en su paso lento por la madrugada, logra depurar mis pulmones al tiempo que mi corazón se despereza como el de un pequeño bebé. Valencia es tan plana que el aire circula por ella como una suave corriente entre las habitaciones de un edificio, en la primeras horas del día es como si alguien abriera una enorme ventana, que fuera capaz de airear toda la espesura nocturna que arrastra el verano en sus últimas y cálidas noches.

Levanto la vista y oteo la ciudad, todavía dormida, solo el canto de unos lejanos pájaros altera el ligero silencio de la mañana. En total soledad y con toda la ciudad a mis pies, siento que me acompañan solo mis pensamientos, y siento que cada momento es como una canción perfecta, una suerte de irrepetible compás, un regalo para que mis piernas pueden seguir corriendo...solo seguir corriendo.

Arranco con el primer sonido de la mañana, el camino parece despejado, me cruzo con algunos viandantes de mirada fría y perdida, la luna trasnochadora todavía se esboza partida entre las pocas estrellas que brillan tímidamente en lo alto del cielo despejado de la mañana..
-¡Vamos tras ellas! -pienso...y mis piernas, no demasiado certeras, comienzan su alegre calentamiento. -¡Pronto estaremos en el río!

Doy dos o tres saltitos y me agito, amarro mi optimismo y siento que mi corazón se alumbra feliz, desde el centro de mi estomago sube una sonrisa que se instala en mi cara, se estira hacia mis brazos que se agitan para implementar el calentamiento y acaba en mis piernas, que perezosas y nerviosas, intuyen el esfuerzo que está por venir. La preparación para el maratón encara su recta final. Y empiezo a correr...solo correr en dirección al río.

De pronto, comienzo a luchar, a escuchar y a la vez ignorar, o mejor dicho...ignorar lo que estoy escuchando, tender manos a la locura y de pronto bajar la vista para ceñir la realidad al estrecho cinturón de la tristeza...y luego, revelarse a las limitaciones para encontrar los caminos que nos hagan seguir adelante, excusas banas que venzan la debilidad y los miedos.

Bajo al río corriendo muy rápido, mas rápido de lo que debería, corro como si tratara de huir de mi propia lentitud, como si alguien me aguardara en algún lugar extraviado, como si quisiera correr para terminar pronto de correr y por fin...poder descansar. 

Me centro en mis zapatillas y cierro los ojos; un paso...y después otro,  es lo que siempre he hecho, ya conozco de sobra el camino, y trato de recuperar esa chispa, de atrapar la llama esquiva que aletea al fondo de cada sueño cuando al despertar...se desvanece...Y entonces, me imagino fuerte, me visualizo veloz, y fuerzo una sonrisa y me entrego a la confianza, a mi eficiencia como corredor, a la experiencia de los años, a la ilusión que viaja siempre junto a mi. Entonces, descubro que soy yo el que le habla al corazón, que desesperado, trata de amoldar sus latidos a mi desvencijado ritmo, pero son mis piernas, realistas sobre el suelo polvoriento del río, las escuchan claramente las voces dolientes que vienen de ambos lados de camino. Ignorante de lo que debo hacer, yo sigo adelante...corriendo sin mas.

No se si debo escuchar, pero prefiero no hacerlo, y le exijo cuentas al corazón, que no deja de luchar, y el cerebro hace el resto, para bien o para mal; son los recuerdos, aquellos que viajan siempre junto a mi, los que logran silenciar el extraño sonido de altavoces que circunda el río.

Cada amanecer es distinto, pero existe un único patrón; primero se despliega el cielo, que elabora después el sol, que tiñe a su vez de colores cada objeto que toca, y todo lo tornea la brisa con su fresca caricia venida del mar. Aquella mañana de septiembre había algo más en el río, algo que no supe ver. Tal vez las advertencias del camino se encargan de proteger nuestros sueños, de alargar en el tiempo nuestro devenir por la ruta,.¡Prometo estar mas atento la próxima vez...!



                                                       perpetuar




¡Hasta pronto!



2 comentarios:

  1. Nunca deja de asombrarme tu gran capacidad al poder plasmar por escrito y de forma tan sutil y detallada cada una de tus sensaciones al correr. Te superas en cada entrada Juanvi, al igual que lo haces en tus carreras y más aun si cabe en tu vida y como persona!

    Fdo. Una fiel amiga y seguidora de tu blog.

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    Respuestas
    1. Gracias!! Mi fiel seguidora y sobre todo amiga!!
      Cuanto me animas a seguir contando mis experiencias a mi manera, y por supuesto, voy a seguir, poco a poco y a mi ritmo, igual que en las carreras...igual que en la vida.

      Mil besos!! y mil gracias!!

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