VOLTA A PEU DE CULLERA: LA CONJUNCIÓN DE LOS ELEMENTOS.

                                                        ¡Hola!

Domingo 17 de octubre de 2010: 10h, 12,20 km, tiempo de 56´11" a 4:36 por km.

Cullera no tiene perdida,o si.Su montaña nos recibe cantándonos con orgullo su nombre que se divisa desde mas de 20 kilómetros de distancia."CULLERA".Es como si necesitara reafirmar su carácter y personalidad al mas puro estilo holliwoodiense.Esta particular manera de decir "aquí estoy" ha sido desde mi infancia como un icono de esta bonita localidad, tan valenciana de toda la vida y tan "de todo el mundo" en verano.

¡Ya vamos con el tiempo justo!.Carlos al volante trasmite cierta inquietud dentro de su habitual conducción segura y firme.Acompañandolo vamos Toni,Jose Mª (compañero de trabajo de Carlos) y Pipo (la maquina trotona).¡Uiiiiii esta salida no era!, el lamento de Carlos vino a alterar nuestros apasionados comentarios del Barça-Valencia de la noche anterior...¡tranquilo Carlos, aun es pronto! (mentira piadosa para tranquilizar al sufrido conductor).
9:25,faltan apenas 35' para el comienzo.Dar la vuelta fue fácil,lo difícil fue salir del polígono en obras en el que misteriosamente nos habíamos introducido.Por fin,enfilamos el camino correcto y a lo lejos entre la bruma matinal de otoño comenzaron a aparecer unas enormes letras de color blanco.."CULLERA".

¡Cullera norte no,vamos a salir por Cullera sur! Estas palabras de Toni sonaron con tal seguridad que nadie puso en duda la conveniencia de ir por la salida sur...si es que esta hubiera existido.¿donde esta la salida sur?. Y las blancas y relucientes letras de la montaña quedaron a nuestras espaldas rápidamente.Quizás en otra época existiera una salida sur..ahora no la había.La pregunta es ¿Si no hay salida sur,por que hablar de salida norte...no seria mas fácil hablar de salida sin mas?.Misterios del urbanismo valenciano.

¡10 minutos para la salida! ¡hemos llegado!.El coche fue "arrojado ahí" mas que aparcado y salimos como centellas en busca de las zona de dorsales.Los demás corredores quedaban asustados a nuestro paso.¡Si estos tipos calientan así,de que serán capaces en la carrera!.Agotados y jadeantes tomamos posiciones en la linea de salida.
Yo estaba como si ya hubiera cumplido mi objetivo,llegar a tiempo a la carrera resulto por momentos tarea imposible y al final hasta nos sobraron ¡ 5 minutos!.Relajado y contento me dispuse disfrutar de una carrera en donde el mar,el sol y la montaña se funden en un suave y luminoso abrazo otoñal.

La prueba dio comienzo a las 10h con exquisita puntualidad, a esta hora la temperatura era perfecta para correr y las calles del pueblo estaban vacías y tranquilas,es mas,los pocos viandantes que por allí andaban parecían sorprendidos y alucinados ante tal avalancha de corredores.

Para mi Cullera es un lugar especial,mi madre y mis tíos se criaron allí y mi abuelo trabajo casi toda su vida en este pueblo.En los años 50 cuando mi madre era niña y según cuenta, Cullera era un pequeño pueblo de pescadores y agricultores, tranquilo y prospero donde todo el mundo se conocía y se saludaba.Luego en los años 60 comenzo el "boom" turístico y Cullera prospero de otra manera.
Durante los dos primeros kilómetros me sumergí en estos recuerdos no vividos pero si trasmitidos,imagine a mi madre y a mis tíos juguetenado por aquellas tranquilas callejuelas y me sentí parte de aquel sitio.No en vano las raíces son la esencia de lo que uno es y reencontrarse con ellas es siempre reconfortante.

En estas monsergas familiares estaba cuando en torno al km tres llegamos al mar.Ante mi todo el paseo de Cullera y su gigantesca playa,tan vacía y tranquila parecía aun mas grande de lo que es.¡Que fantástico espectáculo! El mar lucia plateado y calmo,las olas rompían en la arena como perezosas y haciendo un ruido tímido y sutil.El sol a media altura se abría camino entre las nubes matinales y proyectaba innumerables haces de luz que caían al mar como si de focos naturales se tratara.

A estas alturas de la carrera mis piernas funcionaban solas y mis pulmones estaban eufóricos,avanzaba mirando todo lo que me rodeaba con paso alegre y orgulloso (eso si, de vez en cuando miraba al suelo no fuera a tropezarme de tanto admirar el paisaje).
La ruta por el paseo se me hizo corta,levantarse a las 7 de la mañana un domingo para correr cobra sentido en días así cuando la naturaleza nos obsequia con estampas tan inigualables.

En torno al km 6 estaba rodando a 4:31 x km mas o menos y mis sensaciones no podían ser mejores.LLegando al faro la carretera empezó a inclinarse y los repechos endurecieron sensiblemente el recorrido sin restar el mínimo encanto.Por esta zona el mar quedaba practicamente al lado y el fresco olor a salitre se hacia mas intenso.

Por fin,dimos la vuelta al pequeño saliente donde se encuentra el faro y enfilamos la parte de atrás de la montaña quedando a nuestra derecha la playa del Doseel.Al fondo podíamos divisar todos los Marenys,el Perello e incluso los puntiagudos edificios de la ciudad de las ciencias en Valencia.
A la izquierda :la montaña,con su árida vegetación brillando al sol y un mosaico de chalets y antiguas casas salpicando el paisaje.

Los últimos kilómetros fueron un sinfín de toboganes,empinados repechos e interminables rectas siempre con la imponente montaña pintada de blanco y coronada por el castillo a nuestra izquierda.
Tocaba terminar la carrera,no estaba cansado y corría fuerte y agusto.El fenomenal festín de luces,olores,sensaciones y la esplendorosa visión del mar fueron como un aporte extra de fuerza.

Al terminar,contento con mi tiempo y feliz por las buenas sensaciones,repasaba y repasaba todo lo vivido.Correr no es solo correr,siempre es mucho mas,por muchas y diversas razones.
En este domingo de octubre,Cullera nos regalo a todos los corredores una preciosa mañana de luz mediterranea y de suave brisa otoñal.Nos regalo uno de esos días en los que la naturaleza luce esplendida y es capaz de formar con todos y cada uno de sus elementos un armónico conjunto.

Por cierto,la vuelta fue mas fácil..no nos perdimos.Gracias Carlos por tu pericia al volante y por tu paciencia,si no hubiera sido por ti no habríamos podido disfrutar de esta bonita carrera.






amanecer en Cullera.

¡adios!